miércoles, 1 de febrero de 2017

Higiene

Higiene
La higiene personal

Objetivos

  1. Valorar nuestro cuerpo y nuestra mente.
  2. Adquirir hábitos de higiene adecuados.
  3. Desarrollar la autoestima.
  4. Conocer, aprender y desarrollar hábitos de higiene y de limpieza.

Metodología/Actividades

  1. Breve explicación de la necesidad de higiene y de limpieza, de sus consecuencias  positivas y negativas.
  2. Lectura y comentario del texto.
  3. Lectura y comentario de un documento con normas básicas de higiene y de limpieza.
  4. Realización de un sencillo cuestionario.
  5. Se pueden formar grupos de 4 o 5 alumnos que reflexionen sobre estos documentos y sacar algunas conclusiones.
  6. Por parejas representar situaciones de la vida en las que haya variaciones de la postura corporal.

Material
    • Texto.
    • Ficha.
    • Cuestionario.
    • Video: Higiene postural

Evaluación

    • Grado de participación e interés.
    • Puesta en común de las conclusiones.
    • Observación de los resultados.


1. ¿Qué es el cuidado personal?

El cuidado personal comprende las habilidades relacionadas con el aseo, la comida, el vestido, la higiene y el aspecto personal. El mantener una limpieza e higiene corporal adecuada es muy importante, ya que previene de determinadas enfermedades e infecciones, además de favorecer la convivencia en la comunidad. Determinadas partes de cuerpo humano necesitan una serie de cuidados específicos y más meticulosos que otras.

Los hábitos higiénicos no son algo aislado sino que guardan relación con las demás actividades fundamentales: comer, dormir, ir al baño,  hacer deporte...
La práctica de la higiene personal es una cuestión de responsabilidad individual que se adquiere a través de un proceso de educación, correspondiente fundamentalmente a los padres, que día a día en el hogar actuarán de ejemplo y acompañantes en los distintos hábitos.
Sin embargo, la educación para la salud que proviene de la escuela o los ámbitos médicos también es importante, aunque los programas de la educación para la salud no tengan demasiada consideración en nuestro entorno, ni en la práctica se facilite la adquisición de hábitos en lugares fuera del hogar.


2. El baño diario

El baño diario es la mejor forma de aseo. Se favorece la transpiración de la piel y además evitamos el riesgo de infección. El lavado del cabello debe realizarse con las yemas de los dedos y no con las uñas, para no dañar el cuero cabelludo.

a. Cuidado con los piojos (no es probable que los tengamos)


• Lavar el cabello con champú normal o contra piojos y enjuagarlo con agua y vinagre (una parte de vinagre y dos de agua) para despegar las liendres.  Este tratamiento se realizará 3 veces en total, cada 10 días. La ropa, toallas, ropa de cama, etc., debe lavarse con agua caliente. Los peines, adornos del pelo, etc., se sumergirán en loción contra piojos durante unos 10 minutos. Es muy importante examinar a todos los que conviven, adultos y pequeños cuando en una casa  hay una persona con piojos, y aplicar el tratamiento a los que estén afectados. No intercambiar objetos de uso personal como toallas o peines.

b. Las uñas
Realizar su corte frecuente y cuidadoso, completamente recto para las de los pies y redondeado para las de las manos.



c. Los ojos
Los ojos no deben tocarse con las manos sucias ni con pañuelo u otros objetos. Tienen un mecanismo propio de limpieza que son las lágrimas. Si entra en ellos alguna sustancia o  cuerpo extraño, lo mejor es lavar al chorro del agua. Para el estudio y la lectura tiene que haber buena luz, evitando las sombras, brillos y movimientos que provoquen un mayor esfuerzo de los ojos para acomodarse a cada situación. Conviene evitar el uso de fogones en lugares encerrados, donde el humo lastime fuerte y constantemente los ojos.
d. La nariz
La nariz interviene en la respiración, acondicionando el aire para que llegue a los pulmones con la temperatura y humedad adecuadas y libre de partículas extrañas. Para ello es necesaria la producción de moco que sirva como lubrificante y filtro para el aire. Su limpieza consiste en  eliminar el exceso de moco con frecuencia, varias veces al día, y con él, las partículas y microorganismos filtrados. Se debe utilizar un pañuelo limpio o un kleenex.
e. Los oídos
La oreja y el oído externo deben lavarse diariamente con agua y jabón. Evitar la entrada de agua en el oído medio. Esto se consigue inclinando la cabeza hacia el lado en que se está lavando.
f. Las manos
El contacto con objetos, animales o ambientes sucios, favorece el transporte de gérmenes causantes de enfermedades. Debemos mantenerlas limpias porque con ellas nos tocamos la cara, los ojos, la boca, cogemos algunos alimentos y tocamos a otras personas. Una costumbre elemental es el lavado con agua y jabón después de ir al baño y también antes de tocar los alimentos, tanto en casa como en la escuela y en cualquier otra circunstancia.
g. Los pies
La limpieza de los pies es de gran importancia, ya que al estar poco ventilados por la utilización del calzado, es fácil que se acumule en ellos el sudor que favorece la aparición de infecciones y el mal olor. Hay que lavarlos diariamente y es fundamental un buen secado, sobre todo entre los dedos, para evitar el desarrollo de posibles enfermedades.
h. La ropa
Es indispensable cambiarse de ropa después del baño. La ropa interior se cambiará diariamente.

Para dormir, utilizarán ropa amplia y diferente a la usada durante el día.

3. Higiene postural
Las posturas inadecuadas ocasionan dolores y lesiones en la espalda.








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