Para 2030,
los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en concreto el ODS
6, tiene por fin hacer llegar el saneamiento a todos los habitantes del
planeta, reducir a la mitad las aguas no tratadas y aumentar su reutilización.
Para alcanzar estas metas, es necesario que los excrementos
humanos sean depositados, transportados, tratados y eliminados de una manera
segura y sostenible. Miles de millones de personas en todo el mundo carecen de
sistemas de saneamiento o no son efectivos. Como consecuencia, los avances en
el ámbito de la salud y la disminución de la mortalidad infantil se ven
gravemente perjudicados.
Aproximadamente un 60% de la población mundial, unos 4500
millones de personas, no disponen de retretes en sus viviendas o tienen
sistemas de saneamiento deficientes.
Unos 892 millones de personas defecan al aire libre y no tienen
acceso a ningún retrete.
En torno a 1800 millones de habitantes del planeta beben agua no
potable que podría estar contaminada por heces.
El 80% de las aguas residuales generadas por la población
mundial regresan al medio ambiente sin ser tratadas o reutilizadas.
Tan solo el 39% de la población mundial, unos 2900 millones de
almas, disponen de servicios de saneamiento que gestionan de manera segura y
eficiente las heces, sea in situ o en otras instalaciones.
La mejora de los sistemas de saneamiento, junto con el agua
potable y la buena higiene, podría prevenir unas 842 000 muertes al año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario