Además de hablar sobre los orígenes de nuestra bandera y su historia tuvimos la ocasión de juntarnos a celebrar, algo también muy nuestro. Y lo hicimos de una manera espontánea haciendo gala del espíritu festivo y resilente que ha ido forjando nuestro carácter a lo largo de los siglos.
Al ritmo del cajón, de las palmas, de las risas y los bailes, disfrutando de la convivencia y fomentando, una vez más la cultura de la paz a través de la música.
En la música, el ritmo, el cante y el baile somos todos iguales, profesorado y alumnado, grandes y menos grandes, chicas y chicos disfrutamos por igual, nos emocionamos y aprendemos por igual.
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